sábado, 29 de marzo de 2008

Cuatro Voces: Un solo estilo


Hablar de los Hermanos Zañartu, es hablar de lo mas logrado en voces y armonías dentro del pentagrama nacional. De familia norteña, nacieron respectivamente Lucho y Antonio en Cajamarca, Elena en Trujillo y July en Lima.
Para inicios de 1960, los tres hermanos mayores Antonio, Luis y Elena habían logrado fama como Los Aztequitas. Fueron descubiertos en Radio Club Infantil de Radio Mundial, luego llevaron su repertorio de canciones mexicanas a los coliseos y alternaron con todos los artistas mexicanos que llegaban, Libertad Lamarque, Miguel Aceves Mejía, Rosita Quintana, Marisol, Cuco Sanches, Sonia Furior entre otros.



En 1964 se incorpora July y empiezan como cuarteto a hacer la música de moda, “La Nueva Ola”. Los hermanos reconocen que su estilo se alimentó inicialmente de Los Cinco Latinos, y de las clases de canto que tomaron en el Conservatorio de Música, especialmente Elena y Antonio, el precisamente participó como tenor en las óperas “Rigoleto” y “La Traviata”.
Los Zañartu ya saboreaban el éxito, llevaban varios 45 RPM grabados de cumbias y música moderna, y actuaban regularmente en la televisión y locales nocturnos.
Panamericana los contrata por primera vez; por esos días Mario Moreno “Cantinflas” se encontraba de gira por el Perú, gracias a la firma Moraveco, el pidió un número nacional para su programa, se escucharon a varios artistas y eligieron a los Zañartu. El mismo los apadrino en su programa y se los llevo a México donde se quedaron por dos años. Siendo figuras estelares en dos programas, “Las Estrellas y Ud.” y “Siempre en Domingo”.

Los Zañartu

A su regreso actuaban en el espacio televisivo “Cancionísima”. Al acercarse el 31 de Octubre, el productor pidió que todos los artistas preparen números de música criolla. Tal fue el impacto de su interpretación del tondero “Malabrigo” que el gerente de Iempsa los llamó para grabar “Flor del norte” y “Señorita Cajamarca”, de Consuelo Zaravia Chavarri, con Pepe Torres en la guitarra, grabando así su primer disco criollo. Al instante, firmaron para ser las estrellas en los show diarios de locales como El Palmero, El Chalán y El Tumi. Grabaron con Óscar Avilés el LP clásico del cancionero peruano: Cuatro voces, un estilo. Ese año, también firmaron con América TV para hacer su programa, “Los Zañartu”.

Los Zañartu en "Cancionisima"

En 1969, el desaparecido periodista Guido Monteverde, por entonces tótem sagrado de las páginas de espectáculos de Lima, les auguró que durarían, en el mejor de los casos, 10 años más. Pero la historia de los artistas no se puede predecir: los cuatro hermanos Zañartu continúan sólidos como robles frente a los micrófonos. Ni los matrimonios, ni los hijos ni los años los han podido separar.
En 1980 graban un disco muy especial para ellos, “Los Zañartu en pleno” en el cantan con sus otros hermanos, ya que son siete y su madre doña Carmela Arana de Zañartu de quien heredaron el arte ya que era una estupenda soprano de coloratura; de su propia inspiración es el triste con fuga de cashua “El Indio de la Puna” que fue grabado en ese disco precisamente.

“¡Somos Dorian Gray!”, ríe Elena Zañartu. ¿Cómo se han mantenido juntos? “En primer lugar somos hermanos, aunque hay grupos de hermanos que igual se han separado; otro aspecto es que los esposos de Elena y July han tenido una confianza única (los cuatro hermanos viajaban permanentemente; al inicio los acompañaba su papá, Manolo); y otra es que somos cristianos, que nos conducimos de una forma distinta. “Sólo Dios dirá hasta cuándo estaremos juntos”, dice “el gringo”, Luís Zañartu.
“Es tiempo de decirlo, Los Zañartu introducimos los coros en la música criolla, ahora todos los solistas lo hacen. Antes sólo se hacían tríos en la música criolla. Pero siempre entendiendo que a nuestra música propia, sea peruana o mexicana, no se puede poner cuatro voces en todo porque ya sería disonante”, explican July y Antonio.

Honor a quien honor merece: Las Limeñitas


Graciela y Noemí Polo Guigues nacieron en la Plaza Italia de los Barrios Altos, en Lima, el 10 de Julio y el 4 de Setiembre respectivamente en años consecutivos.
Ambas iniciaron su carrera en el coro del mestro Pacheco de Céspedes; cantaban musica internacional boleros, tangos, musica mexicana, pero nunca criollo. Debutaron en enero de 1941 en Radio Goycochea como “Las Torcasitas”, nombre artístico que pronto cambiaron por “Hermanas Polo”. Recien cuando son contratadas para el programa “Lima del 900” en Radio Lima, aprenden a cantar criollo, El Canario Negro, Luciano Huambachano, Filomeno Ormeño, Lucho de la Cuba fueron sus maestros.

Cantan junto a Jorge Costa y Ángel Monteverde. Actúan en varias radioemisoras como Central, Lima, Mundial y Callao. Se presentan públicamente en los teatros Monumental y Segura. El 14 de enero de 1949 se presentar en Radio Lima por primera vez como “Las Limeñitas”, nombre sugerido por el propietario de aquella emisora, don Luis Aramburu.
Actuaban también en Radio Nacional del Perú, siendo muy destacada su participación en Fin de Semana en el Perú, con auditorio lleno todos los sábados. En 1951 graban su primer disco criollo para Sono Radio; mas adelante graban también para los sellos RCA Víctor y FTA, superando los 30 discos. El talento de Las Limeñitas es reconocido en esos años por diversas instituciones laborales, culturales y sociales.

Sus apariciones en TV. son constantes vía Cámara Pilsen y “La Revista de Edith Barr”, asi como sus actuaciones en locales públicos como Viña del Mar y Jardín Criollo. Pasan a ser integrantes regulares de la Caravana Phillips, que recorría Lima y alrededores. El público las identifica con la interpretación de diversos temas, tales como “La Cabaña”, “Ramito de Flores” y “Ocarinas”.
Participaron en festivales y concursos muy frecuentes por entonces para descubrir nuevos compositores. Ademas fueron estelares en la Feria del Pacífico. A mediados de los años 60’ graban para las disqueras Iempsa y Virrey, solas y formando coros con otros artistas.
Fueron habituales sus presentaciones en las peñas criollas que por entonces tuvieron auge. Ademas se convierten en figuras estelares de programas de Televisión tales como “Viva mi pueblo” y el celebrado “Danzas y Canciones del Perú”, conducido por el Carreta Jorge Pérez y Tania Libertad.

En la década de los 80 sus constantes viajes a provincias, las llevan a presentarse en casi todo el Perú. Sus actuaciones cuentan con auspicios de Cervecería Backus, Banco Continental y Centromín Perú. Primeros viajes a USA para actuar ante la colonia peruana. En Noviembre de 1988 el Ministerio de Educación les impone las Palmas Artísticas y las contrata como promotoras de educación. Participan en muchos programas televisivos por el Canal del Estado.
Son frecuentes los homenajes y reconocimientos a sus 50 años de actividad artisticas. Viajes esporádicos a provincias y ocasionales presentaciones en locales públicos y reuniones privadas.

Graban un cassette producido por ellas con ocasión de sus Bodas de Oro en 1995.
En 1997 aparecen juntas en TV. vía el programa Mediodía Criollo. Cantan tambien para el aniversario de Lima en enero de 1998, son invitadas a Ica para Semana Santa donde le cantarian al Señor de Luren, pero por problemas climaticos ocasionados por el Fenómeno del Niño no pueden asistir. Su última presentacion pública fue en el homenaje realizado al Cristo Crucificado del Rimac.
Después de su última presentación en público en el mes de abril, Noemí enfermó y en mayo de 1998 falleció. A su entierro acudió mucha gente del mediio, los cuales lamentaron su profundo pesar por la partida de la querida “Mimi”. Edith Barr, Cecilia Barraza, Ronny Zusunaga, Agusto Polo Campos, Oswaldo Campos, Manuel Acosta Ojeda, Esther Granados, July Freund, Rafael Matallana, Raul Serrano, estubieron presentes.
A un año después de su partida IEMPSA edita un CD “50 años con las Limeñitas” que recopila sus interpretaciones mas recordadas.

Noemi Polo

Graciela Polo es condecorada por la Municipalidad de Lima con la Medalla de la Ciudad, en el Aniversario de la Fundación de Lima, el 17 de enero de 2005, condecoración puesta por el señor Presidente de la República. En Marzo de ese año, Graciela produce un CD con el nombre de “Ayer, hoy y siempre” acompañada del joven Sergio Salas.
Cecilia Barraza en su programa debut, vía la televisora del estado, les rinde un homenaje siendo el momento mas emotivo cuando a duo con doña Graciela cantan el vals “Ocarinas” siendo ovacionadas por el publico asistente al Teatro La Cabaña, lugar desde donde se transmitió el programa, teniendo como invitados al propio alcalde de Lima Luis Castañeda, el Gerente de TV Perú, la periodista Mónica Delta quien se animó también a cantar añejos valses.


La casa de Las Limeñitas siempre estaba abierta para todos, a ellas acudian nuevos cantantes, para que les enseñen tal o cual cancion; Noemí al piano o con la guitarra les enseñaba la melodía y Graciela les indicaba la letra correcta del tema.
Noemí siempre fue muy delicada, desde niña, estubo al lado de su madre hasta cuando ella falleció y se fue a vivir con su hermana Graciela, que ya estaba casada y con un hijo. Nunca se caso, estubo comprometida con un militar, pero al asistir a una ceremonia en Tingo Maria, el sufrió un accidente donde perdió la vida.

El adios a un Trovador


En la mañana del día viernes 7 de setiembre de 2007 falleció una de las glorias del criollismo peruano, Oswaldo Campos, a quien se le reconocía como "La primera segunda voz del criollismo". Su deceso ocurrió en el Hospital Edgardo Rebagliati, según me lo comunicaron dos de los hijos de nuestro recordado gran intérprete y compositor.

Oswaldo Campos nació el 24 de febrero de 1912 en la ciudad de Chiclayo. Era aún un niño cuando su familia se traslada a Lima donde empezaría a sentirse atraido por el canto. Con su hermano Manuel formaron "El dúo de los Hermanos Campos" debutando el año de 1937 en el local inicial de la Radio Grellaud que quedaba en el Jirón Abancay, que posteriormente cambiaría su nombre a Avenida Abancay. Dicha radio se llamaría después Radio Lima, cuando ya se encontraba en su nuevo local en Portal de Belén. El dúo aquel empezó cantando tangos ya que era lo que estaba de moda por ese tiempo.

El dúo de los Hermanos Campos fue disuelto por los militares, quienes al levar a Manuel Campos dejaron a Oswaldo sin acompañante. Manuel participaría en el conflicto con el Ecuador de 1941 y en 1944, ante la ausencia de su hermano, se integraría como segunda voz del conjunto "Los Chalanes" que dirigía el gran compositor y pianista Lorenzo Humberto Sotomayor.

Oswaldo, mientras tanto, se unió con Javier Gonzáles y Miguel Paz para formar el "Trío Peruano" que luego de presentarse en la radio decide irse de gira por el norte de Chile en el año de 1940. En Arica se conocen con el empresario chileno Hinojosa quien les ofrece llevárselos de gira a Bolivia y Argentina, donde los presentó como "Los Trovadores del Perú".

Según Greco Campos, hijo mayor del segundo matrimonio de Oswaldo Campos, en Bolivia "Los Trovadores del Perú" gustaron tanto que hasta el presidente boliviano de ese entonces, Enrique Peñaranda del Castillo, solía escuchar por la radio la música de "Los Trovadores del Perú" e incluso los invitó para que se presentaran personalmente ante él. Pero el grupo tuvo que dejar Bolivia debido a que la hija de un diplomático judío se enamoró de Oswaldo Campos, así que el diplomático aquel, como en la canción "El Plebeyo", no vio con buenos ojos la relación aquella por lo que movió sus influencias para hacer que el trío continuara su gira en otro país.

De Bolivia "Los Trovadores del Perú" viajaron a Argentina donde, al inicio, se trasladaron hasta en camiones para llegar al lugar donde se tenían que presentar. Tuvieron que pagar el famoso "derecho de piso" para hacerse de un nombre y reconocimiento en Argentina. Pero, allí, casi los invitan también a salir al sentirse las autoridades escandalizadas por la letra de la marinera "El Huaquero", que ellos solían interpretar.

La letra de la popular marinera "El Huaquero" dice en dos de sus estrofas: "Yo tenía una cholita / que se llamaba Jacoba, / y todititas las noches / sonaba la barbacoba. / Huaquero huaquero / huaquero, vamos a huaquear: / coba, coba, coba al amanecer / coba, coba, coba al anochecer."

La policía argentina los fue a buscar al hotel donde estaban hospedados para interrogarlos con respecto a la letra de "El Huaquero". ¿Qué significa "coba coba"? les preguntó. Oswaldo Campos, recurriendo a su ingenio y chispa criolla, les dijo que "coba coba" era un pajarito del norte del Perú que suele cantar temprano por las mañanas y al anochecer. La policía se retiró contenta y satisfecha de haber aprendido algo nuevo sobre las aves del Perú y nuestro trío se quedó en Argentina difundiendo la música peruana.

En Argentina, "Los Trovadores del Perú", tuvieron cinco años de triunfo y gran difusión de nuestra música criolla, alternando su estadía allá con giras a Brasil y Uruguay. Aunque también tuvieron sus épocas malas ya que el trío se disolvió en Argentina y cada uno se buscó por su cuenta el ganarse el pan de cada día. Es durante esa separación que Oswaldo Campos tuvo que desempeñar varios oficios, incluyendo el periodismo y de torero. Pero el trío se volvió a unir en Buenos Aires y siguieron grabando muchísimos temas más, incluyendo el vals "El Plebeyo" de Felipe Pinglo que lo grabaron el 23 de julio de 1943.

"Los Trovadores del Perú" abrieron el camino para otros artistas nacionales ya que fueron varios los que por esos años llevaron la música peruana a la Argentina. Jorge Huirse iría después quedándose muchos años en Argentina. Jesús Vásquez viajó en enero de 1945; Filomeno Ormeño y Luis Abanto Morales también viajaron ese mismo año. Fue así que otros artistas peruanos los siguieron y la música del Perú se fue expandiendo a otros mercados.

El famoso trío regresó a la patria en 1945, luego de dejar escritas en el extranjero muchas páginas gloriosas para nuestro criollismo. En Lima, luego de actuar con éxito en la radio, Javier Gonzáles se aleja del trío y es reemplazado por Francisco "Panchito" Jiménez, sumándose al grupo Oscar Avilés, quien ya causaba sensación con la guitarra. Se fueron de gira, aunque el nuevo grupo no duró mucho llegándose a desintegrar en el año de 1948.



Oswaldo Campos ya se encontraba casado con Irma Céspedes cuando se desintegra el grupo, así que por fines de la década de los 40 empezó a formar a su esposa para que haga dúo con él. Fue así que nace el dúo "Irma y Oswaldo" que logró su consagración con el público en el año de 1954 a través de sus presentaciones en Radio América, Radio Central y Radio Victoria.

Oswaldo Campos tuvo 6 hijos, dos en su primer matrimonio con Irma Céspedes y cuatro en su segundo matrimonio con Faustina Guevara. Uno de sus hijos de su segundo matrimonio falleció a temprana edad. Si muy bien fue una persona alegre, bohemia, ocurrente y alguien a quien le gustaba poner "chapas" a los amigos, siempre se caracterizó por ser bien disciplinado; algo que sus hijos recuerdan mucho.

Llegó a componer canciones las cuales se encuentran registradas en la APDAYC. Dejó de actuar públicamente hace 10 años, debido a que la edad ya no le ayudaba, aunque seguía cantando en reuniones familiares. Según su hijo Greco Campos, a su padre le gustaba cantar mucho el vals de Salvador Oda "Una carta al cielo". Ese vals lo conmovía por su letra y le comentó a su hijo la historia del mismo, de que fue llevado por "Los Trovadores del Perú" a la Argentina. Años más tarde, en 1949, Arturo Gallucci y Reinaldo Yiso crearon el tango "Cuatro líneas para el cielo", cuya letra tiene mucha similitud con "Una carta al cielo" de Salvador Oda que "Los Trovadores del Perú" lo incluyeron en su repertorio durante el tiempo que actuaron en Argentina, los primeros cinco años de la década de los 40.

Cuenta Greco que cuando en una oportunidad pasaron por televisión el especial "Nostalgia", sobre la vida de "The Beatles", su padre le comentó que ello le hizo recordar su juventud, que de la gloria en que estaban se desintegraron, refiriéndose a "Los Trovadores del Perú", ya que no supieron controlar sus emociones y solían competir entre ellos.

El famoso trovador partió de esta vida a la edad de 95 años y aunque ya no lo tengamos presente con nosotros en cuerpo, en espíritu y a través de las grabaciones que nos dejó, siempre se le recordará ya que fue y sigue siendo "La primera segunda voz del criollismo".

Chabuca: Canela en Flor

En aniversario de la muerte de Chabuca Granda, la hija de Victoria Angulo recuerda génesis del valse que la hizo canela.
Han pasado veinticionco años de la partida de Chabuca Granda. Pero su recuerdo rige melodiosamente el paradigma garboso del ser limeño. La Flor de la Canela, a fuerza de tararearse e interpretarse bajo todos los cielos de casi todo el planeta, es la canción que identifica al Perú. Aquí, la historia y vigencia de un valse que nació desde un balcón que miraba a La Colmena.
"Esa noche, en su casa de la Plaza Dos de Mayo, el cantor del "Felipe Pinglo" José Moreno celebraba su cumpleaños con la jarana de reglamento. Una invitada era la novel compositora Isabel Granda. Hacia la madrugada, la joven abrió las ventanas del balcón y contempló La Colmena. Entonces soñó la ciudad, la ciudad dormida bajo la niebla y el lucero del alba. Y dijo en voz alta:
"Déjame que te cuente, limeño. Déjame que te diga la gloria del ensueño que evoca la memoria". Luego, volviéndose al grupo criollo, exclamó:"¡Ya tengo la expresión!".
Pero las canciones no nacen del aire. Tienen su germen, su entraña, su trayecto. Déjenme que lo cuente Juanita. Juanita Loyola Angulo, hija de Victoria Angulo, la inspiradora de "La Flor de la Canela". "Mi madre había conocido a Chabuca jovencita, cuando ésta iba a la casa de doña María Isabel Sánchez Concha de Pinilla, en Barranco. En 1947, lo sé con precisión porque ese día Chabuca me firmó un álbum de autógrafos, mi madre la llevó a una fiesta en nuestra casa, que era un corralón frente al Puente de Palo, que ya no existe. Estaba en la curva del tren para Ancón (Iba a dar al Jirón Arica, a las calles La Toma y La Palma). Era un corralón a donde llegaban todos los músicos. Entre ellos, Elías y Augusto Azcuez Villanueva, que eran primos hermanos de mi madre. También iban Bartola Sancho Dávila, prima de mi madre, Manuel Covarrubias, Pablo Casas Padilla, Luciano Huambachano, toda la real academia del criollismo.
En esa época, Chabuca tenía tres valsecitos. Uno de ellos era "Mi ofrenda". Quería que los cantaran, pero no conocía el ambiente. Entonces María Isabel le dijo: "Yo te voy a llevar donde Victoria. Ahí van todos. Y un día llegó Maricucha con Chabuca y Louise Darius, una bailarina de ballet francesa que era famosísima y no hablaba ni una palabra de español. Maricucha estaba siempre vinculada con los artistas. Iba a la casa con los Graña, con todos ellos. Allí la vieron algunos chicos de entonces: Oscar Avilés, Alejandro Cortez y Augusto Ego Aguirre, de "Los Morochucos". En esa época, Chabuca no sabía cómo agradecerle a mi mamá. Y le hizo "La flor de la canela".
¿Qué ocurrió después de esa noche en casa de José Moreno? ¿Chabuca fue y le cantó a doña Victoria?-No. Fue una sorpresa que le dio el día de su santo. Chabuca estaba haciendo el valse desde hacía meses. En esa época ella trabajaba en la Antigua Botica Francesa. Era consejera de los productos de belleza Helena Rubinstein. Entonces, cuando mi hermana y yo pasábamos por el jirón de la Unión, nos convidaba el heladito. Servían los helados en una conchita. Era precioso cómo los servían. Chabuca nos llevaba después al baño para cantarnos lo que estaba componiendo. Los pedacitos que iba escribiendo de "La Flor de la Canela". El 21 de julio de 1950, día en que mi madre cumplía 48 años, le cantó el vals.
Cuando Chabuca dice: "del puente a la Alameda, menudo pie la lleva", ¿se está refiriendo al Puente de Palo?-Claro. Ella hablaba del Puente de Palo. Sin duda por eso dice: "ahora que aún se mece en un sueño el viejo puente, el río y la Alameda".
Los Azcuez eran tíos de Alejandro Villanueva... ¿También él era jaranista?-No, pero era muy ayayero. En el sentido de que terminaban de jugar, y todos los del Alianza se reunían en mi casa. Alejandro era bajopontino. Mis tíos eran aliancistas hasta los huesos. Como lo era Pablo Casas. Y había el parentesco con Eugenio Segalá, el arquero del Alianza que, por razones de trabajo, no pudo ir a la Olimpíada de Berlín. En lugar de él fue Juan Valdivieso. Había también una vinculación con Julio Quintana, con Filomeno García, con Villalta del Alianza de esa época.Con esa gente se juntó, para darles su inspiración y para recibirla, Chabuca Granda y Larco, la que un día dijo a su amigo argentino Antonio Rodríguez Villar: "El éxito me hizo ver otros sitios, otros ámbitos y conocí más a mi país. Me di cuenta de que yo había ascendido al pueblo".No era sólo la tradición, porque era también la esperanza. Lo dijo en su valse dedicado al Perú: "Es un gigante al que arrullan sus anhelos. Bello durmiente que sueña frente al cielo. Lo cantó el niño Mariano Huaychillo el día de su entierro. Con sus ojos azules, bajo la niebla color perla que el lucero doraba, Chabuca Granda abría ventanas a un ensueño, a una enredadera de ilusión y memoria. Había ascendido al corralón de su pueblo, y allí sembró una flor. Chabuca, una canela que florece mucho.
Escribe CESAR LEVANO